Cosmogonía culiparda (Primera parte, no sé si habrá una segunda)

Los culipardos recelosos trataron de hacerle la vida imposible a los andaluces. Les cerraban los bares a las tres al medio día y a las once y media por la noche, no abrían las confiterías hasta las seis y llenaban el agua de extraños productos que provocaron terribles disenterías y cálculos en el riñón a todos los habitantes de Ciudad Real.
Poco a poco el culto al point creció en popularidad. Al principio fueron unos pocos y luego más y más.
Al final fueron desapareciendo todos los andaluces. Los que se quedaron tuvieron que abrazar el culto al point. De los que se iban nunca nadie volvía a saber de ellos.
0 comentarios